Mientras admiraba la maravillosa vista que tengo desde mi ventana (una pared gris) sentí que era una bonita noche para escribir un post en el blog.

Hace un rato estaba sentada en mi cama y no puede evitar darme cuenta que mi cuarto es un desorden. Claro que eso no es de sorprenderse, porque la mayoría del tiempo está así.

La cama ha pasado a un estado que no logro entender. Al principio las cobijas estaban todas juntas en una especie de bola deforme, después puse algunos papeles en la cama y las cobijas poco a poco fueron uniéndose a las hojas. Cuando hay ropa limpia en vez de guardarla la pongo en la cama y "La Bola" poco a poco va apropiándose de ella. Saque las cajas de la cámara y el celular para leer los manuales y ahora las cajas están dentro de esa extraña formación y los manuales pasaron a ser parte del todo y de la nada. Este blog fue bautizado en honor a lo que hay debajo esta cama, que es aún mas raro que lo que se encuentra arriba.

El suelo es un campo minado: colores, ropa sucia y ropa que se supone esta limpia, almohadas, un caos, cajas, una impresora, hojas, unos audífonos rotos, etc.

El ropero esta vacio porque la ropa esta dentro de "La Bola".

El mueble de la computadora es un desastre, así como el restirador.

[Parece que la caja de la camara escapo de “La "Bola”]

En fin, parece que un hipogrifo enojado vino a hacer desastres a este cuarto. Pero no es eso lo que me trae a escribir esto, sino que mientras apreciaba mi obra, me puse a pensar en todas las cosas que he perdido.

Libros, revistas, dinero, discos, juguetes, útiles escolares, ropa, tarjetas, credenciales, llaves y muchas otras cosas se suman a la lista de objetos perdidos. Lo sorprendente no es que pierda cosas, ya que pierdo cosas a cada rato y en todos lados, lo sorprendente es que las pierdo dentro de mi cuarto y jamás las vuelvo a ver. ¿Como es posible que cosas grandes como libros o ropa se pierdan en un lugar tan pequeño, al que la mayoría del tiempo sólo entro yo, y que jamás se vuelva a saber de su existencia? Si otras personas no hubieran visto esas cosas antes de que se perdieran, podría creer que realmente nunca existieron y sólo fueron producto de mi enferma mente. Hay veces que llego a pensar que hay duendes que se los llevan o que el ratón de los dientes decidió llevarse otras cosas ahora que yo no le dejo dientes, solo que la crisis también le afectó ya que no veo ni una mugre moneda bajo mi almohada cada que algo desaparece.

Es gracioso que cuando pierdo algo es cuando decido limpiar y ordenar todo para encontrar aquello que perdí. Cada vez que limpio mi cuarto, en busca de un nuevo objeto perdido, siempre tengo en mi mente la idea que al terminar de limpiar encontraré alguna de aquellas cosas que se fueron si dejar rastro, incluso me siento optimista al respecto, lo que hace que el trabajo de limpieza no sea tan duro.

Es gracioso que cuando termino no encuentro lo que buscaba, incluso llego a olvidar que estaba buscando, pero encuentro otras cosas que ni siquiera me había dado cuenta que había perdido hasta que las encontré. Es raro, porque sino sabes que las perdiste, ¿Cómo sabes que las encontraste?

En fin, he perdido muchas cosas y pues no es algo que me moleste mucho, ya que el mundo sabe que no soy una persona materialista. Pero si soy una persona con sentimientos, por lo que hay tres cosas que extraño y de las que maldigo el momento en que las perdí.

Uno es un perro de peluche, que en mi mundo de fantasía (Peluchilandia) era hijo de otro perro (el pobre no tenia madre, pero si una gran familia de la que hablaré en otro post, en otro momento). Este perro, que por cierto se llamaba Perrito, no era el perro más bello, pero yo lo quería y quiero mucho. Cada noche pienso en el horrible destino que le puedo haber tocado.

El segundo y tercero son dos muñecos, dos payasos, payasito y payasita (me sorprende la creatividad de nombres que tenía en mi niñez). Esto eran especiales porque fueron los únicos muñecos que tenían visa para entrar a Peluchilandia, cualquier otro muñeco o muñeca eran considerados como una amenaza que debía ser desterrada por ser extremadamente aterradora.

Y el último, es un libro de Harry Potter, Animales fantásticos y donde encontrarlos. Cada vez que pienso en él me da una rabia conmigo misma por haberlo perdido, ya que éste libro, junto con Quidditch a través de los tiempos, eran de edición limitada, ósea que ya no los venden y que ya no lo puedo conseguir. Apenas salieron ediciones nuevas con portadas relucientes, pero si es que llegan a México compraría ambos libros (Quidditch y animales) y aun me faltaría el de la primera edición.

Estúpida costumbre de perder cosas.

Aun cuando todo apunte a que se las ha comido el agujero negro de mi cuarto, nunca pierdo la esperanza de encontrarla en algún momento, porque no son cosas, son recuerdos.

Algo que pierdo por montones en mi cuarto es dinero. Hay veces que me pregunto ¿Cuanto tendría si por arte de magia todo el dinero que perdí apareciera enfrente de mi? Seguramente sería mucho. Supongamos, que pierdo un peso por día y que me empezaron a dar dinero desde que tenía 10 años.... 3285 pesos, sin contar como se ha devaluado el peso en los últimos 9 años. Es una buena cantidad y sería un buen incentivo para limpiar si no fuera porque ese dinero se fue por el hoyo negro y nunca lo volveré a ver xD

Intentaré crearme la costumbre de acomodar todo lo que entre en mi cuarto.

Hoy voy a cambiar ♪